Para los aficcionados a la fotografía, es más importante el día antes de salir a hacer fotografías que el propio día de excursión. En ese día, cargamos baterías, revisamos tarjetas de memoria y por supuesto, limpiar los objetivos y el sensor. ¿Por qué es tan importante la limpieza? por que la suciedad siempre hará acto de presencia cuando menos lo esperemos.

Las motas de polvo son inapreciables a la vista, pero una vez cierres el diafragma… PUM! en toda la cara! aparecerán en las zonas con colores claros y uniformes, como por ejemplo un precioso cielo azul

POLVO EN EL SENSOR

Si la suciedad está en los objetivos, nuestras fotografías aparecerán sin contraste, planas y con zonas difuminadas por la acumulación de polvo o grasa.

¿Se puede evitar mancharlos?

No al 100%, pero una correcta manipulación de sensor y objetivos, hará que manches menos estos elementos de las cámaras con lo que la limpieza será más efectiva.

Para mantenerlos lo más limpios posibles, pon la tapa siempre que se pueda y no toques la superficie con los dedos. Además, la bolsa de transporte ha de ir siempre limpia. Cambia el objetivo en zonas limpias de polvo, hazlo con la cámara boca abajo y la cámara apagada.

De todas formas todo esto no va evitar la limpieza habitual, simplemente retrasará un poco ese momento.

Limpiar los objetivos

Para una correcta limpieza no hay que utilizar líquido alguno, ni desmontar nada. Si vemos que la suciedad está en el interior, directo a servicio técnico para evitar males mayores.

Para limpiar utilizaresmo un paño de gafas, no usar la camiseta que llevamos puesta… un paño de gafas o un paño de microfibra.

  1. Sentarse y colocar la cámara y el objetivo en una mesa limpia, sin mil cosas desperdigadas.
  2. Colocar, al lado de la cámara con el objetivo, una buena pera de aire, el paño de microfibra y las tapas del objetivo y la montura.
  3. Desmontar el objetivo, cerrar con su tapa la montura de la cámara y apretar un par de veces la pera de aire para asegurarse de que no hay polvo en su interior.
  4. A continuación soplar sobre la lente para quitar las motas de polvo más grandes.
  5. Sacamos el paño de microfibra de su funda (¿no lo tendrás al aire, no?).
  6. Empezamos a quitar el polvo empezando por el centro de la lente y nos desplazamos, con movimientos circulares, hacia el extremo.
  7. No hace falta apretar en exceso, ni utilizar líquidos, ni nada parecido.
  8. En un momento tendrás el objetivo limpio.
  9. La lente interior es muy difícil que esté sucia, pero si tu objetivo es un angular puede que esté a ras de la montura. La forma de proceder es idéntica.

 

Ahora… vamos con el sensor.

El sensor es muy delicado, y si eres un manazas, llévalo a un servicio técnico mejor. Así que la primera opción con el sensor es que lo lleves a un SAT.

Pasos a seguir si quieres hacerlo tú.

  1. Preparamos todo en una mesa libre de polvo. Sería ideal hacerlo en una habitación húmeda como el baño o la cocina.
  2. En la mesa tenemos a mano el celo Scotch Magic 810 de 3M junto a un bastoncillo de los oídos o una punta de goma para las pantallas táctiles, la pera de aire y las tapas del objetivo y la montura.
  3. Solo debemos hacerlo con la batería de la cámara totalmente cargada.
  4. Antes de empezar abriremos el celo, cogeremos un trozo y lo pegaremos en la pantalla de un móvil para comprobar que no deja restos, que no es una imitación o que no esté en mal estado.
  5. Quitamos el objetivo y lo guardamos correctamente, con sus tapas puestas.
  6. Encendemos la cámara, buscamos el modo Limpieza y lo activamos.
  7. Pasarán dos cosas, el sensor vibrará para sacudir el polvo y se quedará fijo hasta que apaguemos la cámara. Este paso es fundamental para no estropear nada.
  8. Ponemos la cámara boca abajo (la gravedad ayuda) y soplamos con la pera de aire para intentar sacar el polvo del interior. Por favor, no hay que tocar el sensor con la punta.
  9. Colocamos la cámara sobre la mesa con el sensor a la vista.
  10. Ahora cortamos un trozo largo de celo, suficiente para poder unir los extremos y sin tocar la zona que vamos a pegar al sensor.
  11. Lo posicionamos sobre el sensor con cuidado y dejamos que se pegue. Con el bastoncillo o la goma presionamos levemente para que se pegue.
  12. Lo despegamos con cuidado (sin brusquedad) y repetimos los pasos hasta cubrir todo el sensor. Como siempre depende del tamaño (puede que tengamos que contarlo para sensores más pequeños que un FF). Solo hay que pegarlo al sensor, nunca a otra parte de la cámara.
  13. Apagamos la cámara para que el sensor recupere su posición.

 

Esperamos que os sean de utilidad estos consejos y si vosotros utilizáis otros métodos agradecemos que los compartáis con nosotros.

 

Un saludo!

 

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