Estamos más que acostumbrados a ver ese aviso de «este sitio utiliza cookies para mejorar su experiencia» en casi todos los sitios web.

¿Para qué sirve esto?

Una cookie es información enviada por un sitio web que se guarda en el navegador del usuario. Así, el sitio web puede consultar la actividad previa del usuario en esa web y mejorar su experiencia. Aquí te explicaremos qué aportan de positivo para el usuario y qué aportan para terceros que también se benefician de ellas.

Debemos de tener claro que las cookies no son virus, ni nada que pueda dañar nuestra seguridad en internet. Sí es cierto que se pueden utilizar con fines maliciosos ya que contienen información sobre nuestros hábitos de navegación. Por eso, si hacemos un análisis anti-spyware, las cookies se eliminan.

Algunas expiran al abandonar la página web y otras se quedan un tiempo en nuestro navegador. Algunas son de los propietarios de la web que estamos visitando y otras son de terceros como empresas de gestión de publicidad.

 

Tipos de cookies

Existen muchos tipos de cookies. Las diferenciaremos por su finalidad, su duración o por los propietarios de las mismas.

 

Cookies según su finalidad

Hay cookies cuyas finalidades son positivas para el usuario, como por ejemplo, guardarnos la sesión en una página donde nos hemos identificado, guardar los productos en el carrito de compra, el idioma en el que navegamos, etc.

También aportan beneficios a terceros, optimizando los anuncios que se nos mostrarán según nuestra navegación previa.

 

Cookies según su duración

Algunas se eliminan una vez abandonamos el sitio web. Estas recogen información sobre la navegación del usuario, y de esta manera los propietarios de la web pueden mejorar los aspectos que consideren importantes.

Existen otras que se guardan en nuestro navegador pero con fecha de caducidad, para guardar sesiones, carritos de tiendas online u opciones de idioma.

 

Cookies según su propietario

Y finalmente también las podemos dividir en el propietario de las mismas, en este caso nos encontramos las que nos inyecta el propietario de la página web, por ejemplo, para ver qué recorridos hacen los usuarios y poder mejorar así su sitio.

O las que utilizan terceros para enseñarnos los mejores anuncios según nuestro perfil, [pullquote position=”right”]el uso que se hace de las cookies depende mucho de la filosofía de la empresa que gestiona la publicidad.[/pullquote] Nos encontramos casos realmente intrusivos y molestos, pero en muchos casos se trabaja de manera fina y pensando en que es lo mejor para el usuario.

 

¿Y si no acepto las cookies?

Hemos visto que hay cookies que son útiles si se utilizan de manera adecuada, y cookies que malmeten nuestra experiencia de navegación, pero si después de leer esta entrada continuas sin querer saber nada de ellas, te podemos dar algún consejo para evitarlas o eliminarlas:

Navegar con navegación privada, todos los navegadores (o prácticamente), tienen esta opción, que al menos no te mantienen las cookies una vez te vayas, aunque si estás mucho rato navegando, verás que la publicidad que ves está relacionada con lo has estado mirando, o te mantiene sesiones e información de idioma, pero en cuanto cierres el navegador toda esta información desaparecerá, así que es una buena manera de evitarlas.

Todos los navegadores tienen la opción de eliminarlas, si vas a las opciones de historial podrás borrarlas sin necesidad de eliminar el historial.

También existen buscadores como DuckDuckGo, que incluso ya ha sacado su propio navegador, que nos permiten navegar anónimamente, pero todo esto lo explicaremos en la publicación que haremos sobre la privacidad en internet y en las redes sociales.

 

Al final, no todas las cookies están para mostrarnos anuncios.

 

¿Qué ocurre si se deshabilitan las cookies?

 

Algunos servicios no funcionarán, como por ejemplo, permanecer identificado, mantenerse en el carrito de compra en una tienda online o la visualización de algunos vídeos.